viernes, 15 de abril de 2011

Black Country Communion, discazo


Hace ya varias semanas que me viene rondando la idea de hacer un post sobre Black Country Communion. He estado muy ocupado últimamente y el blog lo ha notado, pero creo que será una buena redención volver al ruedo con este grupazo que descubrí hace ya varios meses pero que no me digné a escuchar en profundidad hasta hace solo un par de semanas.

Me prometí cuando hice este blog huir de los grandes grupos sobre los que hablan en todos los rincones de música, e intentar dedicarme más a los pequeños grupos o artistas, no necesariamente desconocidos o "pequeños", pero menos machacados y analizados en la red (no me vengais a poner ejemplos, cabrones, porque sé que no será la primera vez que rompa con este punto en el blog). La cuestión es que BLACK COUNTRY COMMUNION, así en seco, no es que sean la banda más conocida de la historia, pero si una de las más celebradas y comentadas en internet y en el resto de blogs musicales que yo visito.

La banda -que no sus componentes- está recién salida del horno. Sacó su primer disco (Black Country) en septiembre del año pasado, y llegó a mi conocimiento precisamente porque apareció en absolutamente todas las listas de mejores discos del 2010 que he podido leer hasta la fecha. Esa espectativa de éxito y reconocimiento, a mí personalmente suele jugarme malas pasadas. Por suerte en este caso solo me ha costado unos cinco meses desde que conseguí el disco, ponerme a escucharlo y librarme de los prejuicios y de la pereza que me suponen este tipo de titulares gloriosos y prometedores. Algunas veces, con otros muchos grupos, el precio de haber sido todo un éxito reconocido por todos me ha llevado directamente a no ser capaz de escucharlos jamás.

La superbanda está compuesta por cuatro dinosaurios de la historia del rock. Con Glen Hugges al frente, mítico ex bajista de Deep Purple y vocalista de los Black Sabbath de los 80. Acompañado a la guitarra y voces por Joe Bonamassa (que os voy a contar de esta máquina), y con Jason Bonham y Derek Sherinian a la batería y teclados. El apellido del batería te suena exactamente a lo que es, el hijo del fallecido John Bonham, batería de Led Zeppelin, que seguro que estaría orgulloso de su pupilo si escuchara este disco. Por último, del teclista, Sherinian, solo puedo decir que formó parte de Dream Theater. No lo conozco mucho más, y nunca me gustaron Dream Theater. De echo paso tres cojones de poner enlaces o cursivas a Dream Theater.

Y una vez acabadas las presentaciones... viene lo realmente importante. Esta conjuncion anglo-americana ha parido un discazo que, aunque tenga gran parte de su fundamento en la vieja escuela y las referencias Deep Purple y Led Zeppelin sean innegables... no deja de sonar a 2010. Esto, en mi opinión, es lo más destacable y sorprendente del disco de una gente que perfectamente habría podido hacer un disco que sonara a los setenta y reincidiera en la fórmula de la evocación de las viejas glorias pasadas. Pero la producción es atrevida, tanto que a veces se juega peligrosamente con algún terreno que (alguno me querrá matar) se acerca más al pop que al rock (véanse las estrofas del tema "the great divide" en las que parece que uno esté escuchando de repente una base rítmica del mismísimo Justin Timberlake).
Aún asi el gran trabajo de producción de este disco reside en que, a pesar de que cada canción evoque influencias y estilos muy distintos, el conjunto tiene peso y coherencia, que es el primer paso para que, en un futuro, alguien pueda hablar en su blog de un nuevo grupo que sale y que suena como "Black country communion". Conseguir ese sonido propio es la meta que deben haberse planteado estos gigantes del rock y la que debería tener, en mi opinión, todo aquel que quiera dedicarse a la música o cualquier otra disciplina artística.

El toque soul está muy presente en el disco, guiado por un Hugges que a veces hace que parezca que escuchamos a una de las grandes voces del soul femenino actual, tipo Anastasia o Joss Stone, pero sin perder de vista a los grandes referentes del hard rock como el cantante de Aerosmith o Axl Rose.

Aún así, para que nadie se ofenda, aclararé que si, que vale, que todo suena muy Led Zeppelin, que los riffs de Bonamassa son sin duda futuros temas del guitar hero, y que Hugges, que roza los 60 años, compite por estar a la altura de los grandes, en el templo que ocupan las voces de Robert Plant, Dio, Steve Perry y hasta llegar a Freddie Mercury.

Una maravilla para la que, desgraciadamente, apenas he podido encontrar videos que ejemplifiquen y alimenten vuestra curiosidad. Os dejo con lo poco que he podido pillar por la red, y con mi más sincera recomendación.